Especialidad: Dermatología

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Dermatología. Paciente: Macho mestizo de año y medio de edad.

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Desde los dos meses de edad presenta heridas ulcerosas tanto en la trufa como en las orejas y en la región frontal de la cabeza.

Se realizó un test rápido de leishmania con resultado positivo. Se trata con Glucantime, alopurinol y Vetinmune. No hay mejoría y se cambia a miltefosina, alopurinol y Vetinmune. También ha tomado prednisona, ciclosporina, enrofloxacino y doxiciclina durante sus recaídas.

El propietario comenta que el perro ha tenido "altibajos" en cuanto a las úlceras, unas épocas son de mayor tamaño y otras de menor, no coincidiendo estas mejorías con la administración del tratamiento.


Exploración clínica

Presencia de úlceras profundas y costrosas con ausencia de tejido por toda la trufa, úlceras costrosas en las orejas y región periorbitaria, descamación generalizada, collaretes epidérmicos en la región dorsal del tronco, pequeña úlcera eritematosa en prepucio. Linfonodos normales, abdomen blando a la palpación, auscultación pulmonar y cardíaca normales, temperatura corporal 38.2ºC.



Resultado de la biopsia de las lesiones de la trufa: Se observa un infiltrado denso, mixto, multifocal que afecta sobre todo a la dermis superficial y media. Se compone de una mezcla de células inflamatorias en las que predominan los linfocitos y las células plasmáticas, existiendo también un menor número de macrófagos y de neutrófilos. Infiltrados similares de encuentran alrededor de anejos cutáneos. En pequeñas zonas se aprecian estructuras extracelulares redondeadas de 1-2 micras de diámetro con una zona central basófila y un ligero halo periférico ópticamente vacío. Existen zonas de incontinencia pigmentaria. La epidermis aparece moderada hiperplásica y muestra zonas de transmigración de células inflamatorias. Dx: dermatitis crónica linfoplasmocitaria y piogranulomatosa moderada. Posible infección por lesihmania (se observan algunas estructuras compatibles con amastigotes de leishmania). Muestra negativa para malignidad tumoral.



Respuesta Vetoclock

La dermatitis ulcerativa secundaria a leishmaniosis, una vez se controla esta, suele remitir con prednisona (mínimo durante 15 días). Probablemente las zonas peri-oculares y de alrededor de la trufa son ya zonas cicatriciales y, por consiguiente, presentará alopecia.

Los collaretes son lesiones secundarias de pústulas. Se debe observar detenidamente al paciente por si se ve alguna pústula intacta o más collaretes en otras zonas del cuerpo. En este caso, podría tratarse de un patrón adicional al de la dermatitis ulcerativa, la leishmaniosis pustular, y las lesiones no remiten con el tratamiento anti-leishmania convencional. La leishmaniosis pustular suele remitir con glucocorticoides, ciclosporina o azatioprina.

Una opción para la vasculitis secundaria es la administración de pentoxifilina (10–30 mg/kg PO q 8–12h) pero puede tardar hasta 3 meses en hacer efecto. También se puede probar el oclacitinib para las vasculitis (0.6 mg/kg/12h).

Se recomienda continuar haciendo proteinogramas mensuales para comprobar que no se dispara la leishmaniosis y confirmar los hallazgos con una inmunohistoquímica de leishmania.

Empeoramiento del paciente al reducir la dosis de prednisona. Tras tres semanas de tratamiento con ciclosporina no se obtienen resultados. Sospecha de dermatitis ulcerativa, lupus o pénfigo por parte del veterinario remitente.


Seguimiento del caso

El meloxicam podrá reducir inflamación asociada con organomegalia ovárica pero se debe tener en cuenta el grado de perfusión renal en todo momento ya que los periquitos, como especie desértica australiana que son, pueden reducir su consumo de agua de forma drástica en situaciones de estrés lo que podría conllevar una disfuncionalidad renal (no hay que extender el uso de meloxicam más de 5 días a no ser que se administrara fluidoterapia de forma regular).


Seguimiento Vetoclock

No parece ser una enfermedad autoinmune, aunque con el informe dermopatológico presentado no se puede descartar ya que hay algunos hallazgos del lupus que pueden ser compatibles con leishmaniosis. El pénfigo está descartado, no hay ningún hallazgo en el informe que lo sugiera. De todas maneras, ambas enfermedades deberían haber respondido a los glucocorticoides.


Resolución

Tras empeoramiento se subieron las dosis de prednisona y se continuó con doxiclina. Se recomendó quitar la doxiclina para no generar resistencia bacteriana y buscar la dosis mínima efectiva de prednisona con la que se controlan los síntomas del paciente. La pentoxifilina, aunque tarda, también puede ser efectiva.

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